Néstor Frenkel invita a una tienda de curiosidades. Cada uno de los personajes que retrata en sus documentales tiene el valor de lo extraordinario y cercano al mismo tiempo. Es el modo de exhibición que los hace únicos e irrepetibles, piezas de colección, vidas singulares. Sin embargo, también nos identificamos en algunos o muchos de sus rasgos y costumbres, como entrar en la vida del vecino y sentir el aroma a estofado en la cocina.
Sus películas son una vitrina donde conviven la bola de copos de nieve de algún viaje con la vajilla de porcelana de la abuela, y alguna imitación de un objeto de diseño milanés contemporáneo. Pero el criterio de elección de las historias es motivado no solo por su carácter de ordinariamente extraordinarias, sino para ir más allá y reflexionar sobre temas universales.
En la primera entrega de la Peña dedicada a Néstor Frenkel, podemos pensar la posmodernidad y el sistema de méritos en sus únicas y alucinadas dos ficciones: el cortometraje “Plata segura” y el largo “Vida en Marte”. Luego, de la mano de los surreales protagonistas de sus documentales, cuestionamos a la industria musical a través de “Buscando a Reynols”, sobre una banda que es una cajita de música perturbadora, astuta y primigenia. En “Amateur” reflexionamos sobre el acceso de las clases medias a la realización cinematográfica en super 8, y en “Construcción de una ciudad” sobre el fetichismo de los objetos y los espacios.
Frenkel retrata con humor y amor a cada uno de sus protagonistas, incluso en los relatos corales. Para la segunda entrega de sus películas, tendremos a los multitudinarios “Los Ganadores”, donde la felicidad del éxito es muy generosa; y a los prolíferos Papás Noel de “Todo el año es Navidad”. También habrá abundancia de consumo en “El mercado”, la infinita ilusión de René Lavand en “El gran simulador”, y la lujuria VHS de “Los visionadores”.
Ganador (también él) de un premio Konex a mejor documentalista de la década en Argentina, Néstor Frenkel nos regala como souvenir personajes entrañables e historias únicas para pensar, soñar, fascinarse y divertirse mucho.